En un avance que podría marcar un antes y un después en la alimentación global, China autorizó por primera vez un innovador ingrediente alimentario basado en micoproteína, una proteína obtenida a partir de hongos mediante fermentación, con el objetivo de diversificar las fuentes de nutrientes y reducir la huella ambiental del sistema alimentario.
La decisión, tomada por la Comisión Nacional de Salud de China, no solo permite la producción industrial de este nuevo alimento, sino que también establece un marco regulatorio nacional detallado para su fabricación, etiquetado y uso, sentando un precedente en políticas públicas orientadas a la seguridad alimentaria.
La empresa beneficiada, Fushine Bio, podrá escalar su producción hasta 200.000 toneladas anuales de micoproteína, un volumen significativo en el contexto asiático. El producto se obtiene del hongo Fusarium venenatum, cultivado en tanques cerrados con recursos mínimos, y representa una alternativa más eficiente y sostenible que la producción tradicional de carne.
Desde el punto de vista nutricional, la micoproteína ofrece un perfil completo de aminoácidos esenciales, con bajo contenido de grasas y sin colesterol, y no requiere antibióticos ni grandes extensiones de tierra para su producción. Además, genera menores emisiones de gases de efecto invernadero que la proteína animal convencional.
Este paso estratégico responde a preocupaciones globales sobre la seguridad alimentaria, la sostenibilidad ambiental y la necesidad de asegurar el abastecimiento de proteínas ante el crecimiento poblacional y las tensiones en las cadenas de suministro. Más allá de reemplazar por completo a la ganadería, la micoproteína se perfila como una pieza clave para aliviar la presión sobre recursos naturales y avanzar hacia sistemas alimentarios más resilientes.
