El presidente Javier Milei volvió a apostar fuerte con una nueva meta: alcanzar inflación cero para agosto de 2026. La afirmación fue realizada durante una entrevista posterior a su paso por la Casa Blanca y volvió a instalar el tema que más lo obsesiona: la lucha contra la suba de precios.
“Con el rezago de la política monetaria, que ahora sabemos que es de 26 meses, para agosto del año que viene la inflación va a ser cero”, aseguró el mandatario, quien también calificó de “asqueroso” un nivel de inflación del 30 % anual.
La declaración coincide con el tono desafiante que Milei ha mantenido desde el inicio de su gestión, aunque contrasta con las previsiones oficiales del propio Gobierno.
El contraste con el Presupuesto 2026
El proyecto de Presupuesto 2026, presentado semanas atrás ante el Congreso, estima una inflación del 10,1 % anual. El documento también proyecta un superávit primario del 1,5 % del PIB y un superávit financiero de 0,3 %, cifras que dan cuenta de un escenario de estabilidad progresiva, pero aún lejos del “cero” que plantea el Presidente.
Economistas consultados consideran que el objetivo de inflación nula “no es imposible, pero sí altamente desafiante” en un país con una inercia inflacionaria tan persistente.
Expectativas y credibilidad
La promesa presidencial apunta a reforzar la narrativa de control y disciplina fiscal, uno de los pilares del modelo libertario. Sin embargo, los analistas advierten que el éxito dependerá de factores externos e internos: desde la estabilidad del tipo de cambio y la confianza inversora, hasta la capacidad política para sostener el ajuste.
“Una promesa tan concreta puede jugar en contra si no se cumple”, señaló un economista del sector privado. “El margen de error es mínimo cuando se pone una fecha tan precisa”.
Una meta ambiciosa
Desde el comienzo de su gobierno, Milei repite que “no hay solución mágica” y que el camino para derrotar la inflación pasa por el equilibrio fiscal y la eliminación del déficit. Con esta nueva meta, el Presidente redobla su apuesta y busca mantener vivo el relato de que su plan económico, aunque doloroso, conducirá a una estabilidad inédita en la historia reciente argentina.
