El enfrentamiento ocurrió alrededor de las 3 de la mañana del pasado miércoles, cuando el Padre Jotayan escuchó ruidos en la entrada de la casa parroquial.
Policiales29/07/2023
Teo Lencina
En un acto de valentía y determinación, el sacerdote Juan Eduardo Jotayan, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe en el barrio La Loma de la provincia de Salta, enfrentó y ahuyentó a un delincuente que intentó robar en el templo durante la madrugada. Esta no fue la primera vez que el lugar ha sido víctima de inseguridad, pero el religioso no dudó en proteger su hogar y su comunidad.*
El enfrentamiento ocurrió alrededor de las 3 de la mañana del pasado miércoles, cuando el Padre Jotayan escuchó ruidos en la entrada de la casa parroquial. Al investigar, descubrió que un joven de unos 25 años había logrado ingresar, rompiendo las rejas y la madera para acceder al interior.
"Nunca me imaginé que tendría que enfrentarme a esta situación nuevamente. Es la cuarta vez que entran a robar, y uno ya vive alarmado", confesó el sacerdote, mientras relataba la secuencia de eventos que lo llevó a enfrentarse al intruso.
Sin dudarlo, el cura se encaró con el ladrón en el pasillo que conectaba la cocina con el comedor, y una pelea cuerpo a cuerpo comenzó. "Nos agarramos a las trompadas limpias, fue una cosa tremenda", expresó Jotayan, señalando que recibió golpes en las costillas y el rostro, incluso perdiendo una muela.
Pero su coraje no se detuvo ahí. Ante la amenaza del delincuente, el religioso tomó dos sillas y las utilizó como defensa. Con determinación, logró golpear al intruso, haciendo que este cayera al suelo. Aprovechando el momento, el Padre Jotayan fue a su habitación y recuperó un rifle de aire comprimido, utilizado por su hermano militar, que ya falleció.
Al regresar a la cocina-comedor, apuntó el arma contra el ladrón y lo amenazó, logrando que este finalmente huyera del lugar sin poder llevarse nada. "Salió corriendo por las escaleras. Luego salió por la cancha y huyó", narró el valiente sacerdote.
Tras el enfrentamiento, el sacerdote agradeció que sus costillas no se fracturaran, aunque sufrió dolores musculares por los golpes recibidos. Posteriormente, recibió atención médica y se recuperó del encuentro.
El Padre Jotayan denunció el hecho en la comisaría de Grand Bourg, donde las autoridades están investigando el paradero del delincuente. Según la descripción proporcionada, el joven vestía una gorra y una capucha, y aparentemente se encontraba bajo los efectos de drogas.
La comunidad del barrio La Loma expresó su apoyo al sacerdote, quien ha enfrentado diversas situaciones de inseguridad. Un herrero se encargó de reforzar la puerta de la iglesia después del intento de robo. A pesar de los desafíos, el coraje y el compromiso del Padre Jotayan con su comunidad siguen siendo una inspiración para todos.
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